Se trata de imágenes falsa que construye nuestra mente, debemos aprender a localizar y distinguir ese departamento y sus productos mentales, pensamientos fantasiosos o ilusorios para así no ser victimas de ellos. Cuando la verdad rompe la fantasía, aparece el sufrimiento, no podemos vasar nuestra vida en la mentira pues ella no da frutos, solo desilusiones.
Somos capaces de catalogar a las personas, emitimos juicios sobre ellas y llegamos a conclusiones sin tener apenas información suficiente para hacerlo, el desinterés por informarnos por medio de la escucha atenta, la observación y el intentar esa afinidad con la persona, hace que dejemos de conocer la verdad de ella.
Quien nos da esa sensación de prepotencia, de dominio, de fortaleza, de seguridad o de desvalorización, no es otra que la fantasía. El error está que como no sabemos distinguir de donde llegan las conclusiones, nos creemos las que emite la fantasía.
Todos los departamentos o aspectos que nos conforman tienen su misión, el problema se produce cuando la fantasía domina sobre los demás, cuando está sobreactivada domina a la razón y la meneja aportándola datos falsos

La fantasía debe servir para adornar la vida, para colorearla, incluso servirnos de ella como escape en un momento dado, pero no podemos estar huyendo constantemente de la realidad.
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