Es importante que la nuca, el mentón, el pecho,espalda, piernas y tobillos, queden perpendiculares al suelo.
Se puede utilizar una manta para el apoyo de la cabeza, hasta que se fortalezca el cuello, y se pierda el miedo a esta asana.
Una vez que se consiga la posición correcta, la sensación sera casi etérea, y de un equilibrio perfecto.
Para deshacer la asana es recomendable doblar las piernas y bajarlas despacio, separadamente.
Descansar en postura cómoda, hoja doblada.
Esta asana es al igual que sarvangasana una asana a la que hay que respetar, sus restricciones son las mismas que en la asana de vela , no realizarla sin la supervisión de un profesional.
Al principio se mantendrá la postura quince segundos aumentando el tiempo poco a poco, hasta llegar a los cinco minutos.
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