Si las velas o el timón se rompieran, no podrian más que agitarse e ir a la deriva por entre las fúrias del oleaje, o permanecer inmoviles en medio del mar.
La razón, cuando govierna sola, es una fuerza limitadora, pero si la pasión no va acompañada de ella, es una llama que se consume a sí misma.
Por lo tanto, dejen que sus almas exalten la razón al nivel de la pasión , y se sentiran alegres y felices.
Dirijan la pasión con el razonamiento, para que ella pueda resucitar diariamente, como el ave Fenix y se eleve de sus propias cenizas.
Consideren a la razón y a la pasión, com dos queridos huéspedes.
Amenlás por igual a ambas, porque quien es más atento con una de ellas, pierde el amor y la fé de ambas.
Entre las colinas, cuando se sienten a la sombra frondosa de los álamos, compartiendo paz y serenidad de los campos y praderas distantes y la diafanidad del cielo.....dejen que sus corazones digan en silencio:
" Dios descansa en la razón".
Y cuando llegue la tormenta y el viento poderoso sacuda el bosque, y los truenos y relampagos proclamen la majestad del cielo, dejen a sus corazones decir sobrecogidos:
" Dios se mueve en las pasiones".
Y puesto que son un soplo del Espíritu de Dios, deberian descansar en la Razón y moverse en la Pasión.
Khalil Gibrán
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