Si hay un gran misterio, ése es el de la mente, es inagotable, insondable, sinuosa y a menudo una gran desconocida. Sin embargo siempre está con nosotros y es el escenario donde todo lo experimentamos, sentimos, percibimos y vivimos. Es, no cabe duda, nuestra inseparable compañera.
" La mente es la precursora de todos los estados y todos los estados nacen en la mente".
¿ Qué podemos hacer sin la mente mientras estamos en este plano de existencia ?. La llevamos encima a lo largo de toda una vida y que poco sabemos de nuestra propia mente.
Con demasiada frecuencia, no la controlamos, ella nos controla, no la conducimos, ella nos conduce, no la pensamos, ella nos piensa. Parece que somos sus propietarios y es ella la que nos posee.
La mente es fuente de disgustos, errores, mortificación y pesares. Pero también es ella la que puede ayudarnos a conocernos y realizarnos, a crecer interiormente. Ella es causa de tristeza, pero también de alegría, depende de lo que logremos hacer con la mente.
Es difícil conocerla, dirigirla, estabilizarla y ponerla al servicio de la paz interior, pero hay que hacerlo, se puede hacer utilizando todas las herramientas que la vida nos va enseñando.Nadie puede vivir sin mente, pero sí es posible vivir sin que la mente nos condicione y perturbe.
Si uno busca la mente, no es fácil encontrarla, cuando uno quiere desentenderse de ella, nos atosiga y no nos deja en paz.

Me parece importante hablar de nuestra mente, tal vez hablando de ella lleguemos a conocerla, (pues alguno/a de vosotros así me lo pide, dedicaré un tiempo a escribir sobre ella),  desde luego requiere un esfuerzo de observancia, pero sin juicios.
Om Shanti....paz .