Nuestra relación con la naturaleza

Nuestras ansias de actividades mundanas matan el sentido de reverencia espiritual que yace en nuestro interior.
La ciencia nos enseña a utilizar los poderes de la Naturaleza, mas no por ello comprendemos que en el fondo de todo nombre y toda forma, yace una vasta vida.
De nuestra familiaridad con la Naturaleza ha nacido nuestro desdén hacia sus enigmas esenciales, mantenemos con ella una relación de tipo meramente práctico. La perturbamos, por decirlo así, con el objeto de descubrir en que formas podemos forzarla a servir para nuestros propósitos, hacemos uso de sus energías, cuya fuente permanece aún desconocida.
En la ciencia, nuestra relación con la Naturaleza se asemeja a la que existe entre un arrogante caballero y su sirviente, o en un sentido filosófico, la Naturaleza se parece a un prisionero en el banco de los acusados, la interrogamos y contrainterrogamos, la desafiamos y pesamos minuciosamente sus datos en balanzas humanas, incapaces de medir sus valores ocultos.



" Detrás de todas las manifestaciones fenoménicas yace el Infinito, el Océano de Poder."

(Del libro, Autobiografía de un yogui.)