Tener un objetivo dinamiza a la persona lo mismo en su capacidad de acción, que de lucha.Todas sus facultades se ponen en movimiento para conseguir tal objetivo, por lo tanto, el objetivo se convierte en un elemento activador, actualizando las propias capacidades que quedan centradas hacia ese objetivo concreto....en este sentido el objetivo estimula el actuar, vivir, experimentar y desarrollar las facultades personales.
Pero también tiene sus inconvenientes, pues fija un límite en el camino levantando una muralla, limitando el campo de visión, de comprensión...de valoración. En general, vemos que apenas podemos hablar a las personas más que de las cosas que están dentro de esa línea...de ese objetivo, no dejando abertura para otras cosas que tal vez, sean mas importantes. Establecemos un tiempo, le fijamos un momento determinado, en un punto determinado de nuestra vida, establecemos ese objetivo de acuerdo con la valoración, las experiencias y ambiciones de aquel momento, el, responde inevitablemente a lo que hemos vivido hasta entonces y a lo que somos en aquel instante, y lo transformamos en el norte de nuestra vida.
Casi siempre que fijamos nuestra vida en un objetivo, en cuanto hemos conseguido una madurez algo mayor, deja de ser adecuado para nosotros, y eso se debe precisamente a lo que construimos según la perspectiva que teníamos en un momento dado.
Naturalmente a medida que vamos viviendo, madurando interiormente, creciendo en todos los sentidos, nuestras valoraciones cambian. Si examinamos un poco nuestra vida nos daremos cuenta de que todos los desengaños que nos hemos ido llevando, todos, son producto de idealizaciones que teníamos hechas en nuestro interior y que no se ajustaban a la realidad. Y eso nos ha ocurrido siempre...en todos los sentidos.
Nuestros objetivos podrían ser escalonados pero todos ellos en una dirección correcta, esto lo podemos conseguir, tenemos que esforzarnos en investigar y en descubrir lo que está más cerca de nosotros mismos, sabiendo aquello que pueda estar realmente a nuestro alcance.
No se trata de dar respuesta a una cuestión filosófica, sino de descubrir esa verdad de un modo real, directa, experimental, al igual que experimentamos el gusto del azúcar, lo salado o lo amargo, o cuando sentimos frío o sueño se trata de una experiencia directa, diaria..con ese mismo carácter de evidencia, de experiencia inmediata.
